Aquí realmente comenzó mi nuevo camino del color, que no supone, al menos no he pensado que vaya a ser así, el abandono del retrato monocromático, pero si que vaya a prestar más esfuerzo en esta nueva faceta.

La elección del modelo no fue casual, ni elección mia. Fue mi amiga Carmen Comos (también miembro de mi familia política), quien me sugirió el modelo y me planteó el reto y, como no podía ser de otro modo, acepté. Fué un reto pero también una responsabilidad, por la carga emocional que llevaba asociado. Los retratos que use como modelo eran fotos originales que Carmen había realizado personalmente de mujeres que conocío y que le causaron una profunda impresión. Los momentos que vivió con ellas le marcaron profundamente y me preocupaba que mi trabajo no estuviera a la altura de sus expectativas.

Al margen de lo comentado sobre el uso del color (en la historia de Transición), me costó adaptarme a la técnica del color. Acostumbrado al difuno o el uso de papel para difuminar, aquí esto no funcionaba. Además, en el color, tienes que jugar con la mezcla de colores para hacer un degradado. Algo a lo que es necesario acostumbrarse.

También debo mencionar que el tipo y calidad de los lápices es determinante. En la sección Materiales, explico los que usado y sus ventajas e inconvenientes desde mi experiencia personal. Adelanto aquí, que mi primera adquisición fueron unos lápices chinos y el resultado no fué satisfactorio. Y no tengo nada contra el producto chino, pero lo cierto es que la durabilidad y textua que ofrecen marcas consolidadas como Faber Castell, no tiene comparación con productos más baratos, al menos desde mi punto de vista.

En esta imagen del detalle de un ojo, podéis ver el resultado obtenido en la creación de las sobras de párpados, por ejemplo, y como la creación de la sensación de volúmen me requirió el uso de varias tonalidades.

Lo cierto es que, objetivamente, el resultado no me pareció bueno, pero teniendo en cuenta que era el primer dibujo a color, con unos materiales y una técnica diferentes a los que me había habituado, en ese caso, que consideramos el contexto, el  balance me parece más que aceptable. En cualquier caso, la autora del retrato original manifestó su satisfacción con el resultado obtenido, indicando que el retrato había sabido captar la expersión del original.