Una breve cronología de Blockchain que incluye algunas de las tecnologías, personas relevantes y organizaciones, que han contribuido de manera significativa al surgimiento y evolución de esta tecnología.
Desde su publicación, en noviembre del 2008, Bitcoin, y más concretamente Blockchain, su tecnología subyacente, se han convertido en una verdadera revolución.
Como en toda nueva tecnología de, a priori, gran potencial, se ha generado una burbuja especulativa a su alrededor. Una miriada de "pequeñas" empresas se han lanzado a la aventura, algunas con promesas vagas, otras pura palabrería, otras con estafas flagrantes... Pero todas se han lanzado a esta arena donde muchos jóvenes desarrolladores se han unido a un proceso creativo sin límites deslumbrados por otros que se han convertido, rápidamente, en multimillonarios. Tal ha sido el desenfreno que grandes corporaciones e incluso gobiernos, han invertido muchos recursos para conocer, y en algunos casos controlar, una tecnología que podría ser una amenaza para su relativo confortable presente.
Y en este ecosistema Blockchain están por un lado los especuladores, los que buscan el dinero rápido y por otro los cazadores de sueños. Los que buscan la utopía, descendientes de los criptoanarquistas y quizás hijos o nietos del movimiento Cyberpunk, que abogan por un sistema económico más justo, que incluya a los parias del sistema financiero actual, e incluso que van más allá en busca de un mundo feliz gobernado por sistemas y corporaciones autónomas y descentralizadas.
Existen varias ramificaciones de esta tecnología en base a la orientación de sus casos de uso:
- Comercio electrónico libre sin intermediación de terceros de confianza
- Especulación o inversión, trading, cambio entre moneda fiduciaria y criptodivisa
- Plataforma para desarrollo de contratos inteligentes o infraestructuras para el desarrollo y explotación de aplicaciones descentralizadas
- Solución a diversos problemas en los que no existen soluciones probadas o eficientes para garantizar la seguridad, inmutabilidad,...
Al margen de todo esto, lo que muchos coinciden en afirmar es que no resuelve todos los problemas y que la definición correcta de su caso de uso es uno de los principales pilares para conseguir una eficiente o exitosa implementación de esta tecnología en casos de uso reales.
Lo que si parece claro es que todo gira en torno a la descentralización y algunas voces se han alzado acaloradamente en contra. El tiempo dirá si con fundamento o sólo con la desaforada rabia que surge de defender el status quo de un modelo social, político y económico no exento de perversiones, y que se adivina, si no exhausto, si profundamente desgastado. Otras, aparentemente las más numerosas, se ven encandiladas, por diversos y no siempre altruistas motivos, por la promesa de un mundo gobernado democráticamente de forma descentralizada en base a reglas inmutables. Por un modelo organizativo que promete la ausencia de corrupción y la equidad protegida por la criptografía. Creo que este mensaje ha calado con fuerza en un mundo ávido de igualdad o hastiado de corrupción e injusticia.
Reconozco la razón de quienes defienden el sistema actual. Que la regulación y las reglas son necesarias. Que un mundo gobernado por "código informático" puede ser muy distinto al que felizmente podríamos adivinar a priori cuando pensamos en sistemas incorruptibles, porque estos mismos sistemas disponen de la frialdad y rigidez que, bajo determinadas circunstancias, los pueden convertir en tremendamente injustos. Estos sistemas no permiten la negociación, ni la mediación y esta parece necesaria siempre que la realidad no puede ser, en su "infinita" diversidad, regulada de forma infalible en base a sistemas informáticos, o al menos, no en base a los que existen actualmente. Porque jugando a crear las reglas perfectas podemos ser esclavos de nuestras propias creaciones. Pero reconozco también, y siento gran simpatía, hacia los que quieren cambiar las cosas: a los inconformistas e idealistas que luchan por demostrar que un mundo mejor es posible... y la tecnología creo que puede ser una eficaz herramienta para ello.
Pero toda esta revolución ¿ha surgido de manera casual o espontánea? Una rápida mirada hacia el pasado nos demuestra que no ha sido así. Sin desmerecer el mérito de Nakamoto, también hay que reconocer el oportunismo del momento en que vio la luz la tecnología Blockchain y la influencia de muchas personas que, de forma más o menos directa, han contribuido a su creación. El momento político, social y económico no puede ser desdeñado. La corrupción en los mismos entes que velan por nuestra seguridad y protección, ha puesto de manifiesto que puede llevarnos a una crisis tan global y profunda como la del 2008, y esto fue el caldo de cultivo apropiado para que surgiera Bitcoin en el 2009 y quizás para que no triunfara el Digicash de Chaum en el 89.
Al margen de ello, la publicación de Nakamoto, que ha dado lugar a lo que ahora conocemos como Blockchain, demuestra de una forma elegante y brillante como diseñar un sistema de comercio electrónico que resuelve, en un caso de uso eminentemente práctico, dos problemas fundamentales que arrastraban sus posibles antecesores: por un lado el resolver el consenso entre partes no confiables (o cómo se conoce en el campo de la informática distribuida el problema de los generales bizantinos), con un sistema de incentivos prácticamente inexpugnable, y por otro lado, el problema del doble gasto que garantiza que un bien digital (fácilmente reproducible sin límites), pueda ser controlado sin la existencia de una tercera parte de confianza. Pero no todos los conceptos que se presentan en el escrito inicial de Nakamoto (y que se han puesto de manifiesto en casos reales en la implementación de Bitcoin y otras innumerables criptomonedas posteriores), son invención de este "autor". El propio nombre de Blockchain como cadena de bloques criptográficamente segura, es un termino acuñado por Haber y Stornetta más de 20 años atrás. Los contratos inteligentes ya fueron propuestos por Nick Szabo en el 94 (Ian Grigg iba un paso más allá e intentaba vencer el abismo entre lo legislativo y la TIC con los contratos Ricardianos). El b-Monel de Wei Dei, mencionado por Nakamoto en su publicación. El propio bit-Gold, de nuevo de Szabo, que presenta grandes similitudes con Bitcoin pero 10 años antes. Las redes P2P demostradas como una realidad con el Napster de Fanning y Parker, sin las cuales Bitcoin sería impracticable. El desarrollo de la criptografía, por supuesto, sin la cual nada de esto tendría sentido...
Una visión global de las tecnologías, personas relevantes y organizaciones, que han contribuido a este ecosistema, nos permitirá entender mucho mejor el impacto o la solidez de la tecnología Blockchain o sus derivados. Y eso precisamente hemos procurado mostrar en el siguiente enlace: una breve cronología de Blockchain que incluye algunas de las tecnologías, personas relevantes y organizaciones, que han contribuido de manera significativa al surgimiento y evolución de esta tecnología. No están todos los que son, pero si son todos los que están.
Las personas relevantes están situadas en la cronología, no según su fecha de nacimiento, sino en relación con su contribución a una determinada tecnología, fundamento teórico o implementación, relacionada con el ecosistema Blockchain.