Mi Ego Parlante

El misterio de Ahmes

El misterio de Ahmes

"El misterio de Ahmes" es un relato fantástico en tono de humor. Mezcla los ingredientes de un thriller fantástico con una comedia. El protagonista es torpe y simple, pero es el participe de un gran misterio y una terrible profecia.

Yacía plácidamente...

Yacía plácidamente dormido sobre una manta, que era lo único que le separaba de, en este caso, el cálido suelo de una noche de verano en la ciudad. Yacía, por otro lado, ajeno a las miradas de los pocos transeuntes que, a aquellas horas, transitaban el paseo de la Castellana. Yo era uno de ellos. Y yacía ajeno a los pensamientos de quienes le observaban, furtiva o descaradamente, cuando pasaban a su lado. Pensamientos que, probablemente, agradeciesen la suerte propia de no caer en la desgracia ajena. Pero nada, que no fuese lo políticamente inapropiado del lugar de descanso, hacía suponer que la vida de aquel yaciente fuese desgraciada. Bien pudiera ser un afortunado por elegir su modo de vida al margen de lo socialmente establecido. Ninguna carga, ninguna responsabilidad más allá de garantizarse el sustento diario. Posiblemente una vida más libre. Una vida elegida.


Tremenda estupidez

Tremenda estupidez

Siempre hay un momento en tu vida en que te sientes tremendamente estúpido (bueno, algunos tenemos varios de esos momentos). Un momento en el que eres consciente de que tus decisiones fueron erróneas. Que no actuaste como debías aunque en su momento te pareció un buena opción. Y crees que fuiste honesto, bondadoso, hasta te enorgullecías de tu decisión. Te regocijabas en tu autocomplaciencia y acariciabas tu ego con desmedida soberbia. Hasta que una voz amiga, a veces tiernamente, pero en la mayoría de los casos con la dureza que mereces, te hace ser consciente de tu error. Y entonces todo se derrumba. Se hace la luz y percibes, con absoluta crudeza, tu tremenda estupidez. Y caes en el abismo, porque debes caer. Porque no hay otra opción. Porque sólo cayendo podrás fijar en tu memoria tu error y todos los que antes le acompañaron. Porque sólo así podrás realmente crecer.

Caída

Caída

De repente ves que caes. Sabes que está ocurriendo y puedes intentar detenerlo, pero hoy has decidido no hacerlo. Te sientes un completo imbecil y sabes que no es así, pero el vacío te arrastra y cubre de sensaciones depresivas. Ahora te sientas e intentas escribir sin saber muy bien que saldrá, aunque no se augura nada bueno. E intentas llorar. Quizás eso te desahogue. Pero apenas consigues que una lagrima se estrelle contra tu maltrecho teclado.

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Sobre este Blog

Más de 13 años de pensamientos y reflexiones (la mayoría propias y algunas ajenas), expresados desde la más cruda inconsciencia del ego con el que siempre he estado, lamentablemente, muy identificado.